Oración y Evangelio 20251029
OREMOS
Finalmente, hermanos, aprecien todo lo que sea verdadero, noble, recto, limpio y amable; todo lo que merezca alabanza, suponga virtud o sea digno de elogio.
FILIPENSES 4:8
SEÑOR JESÚS
En la rutina de este día, tu palabra me interpela directamente: "Esfuércense en entrar por la puerta angosta". Esta no es una puerta física, sino la de mi corazón. Me recuerdas que la salvación no es una herencia automática por saber de ti, sino una decisión diaria. Hoy, te pido la fuerza para esforzarme en lo pequeño: en ser paciente donde hay prisa, en ser honesto donde sería fácil mentir, en elegir el amor donde surge el egoísmo. Que estos actos concretos sean mi paso por esa puerta.
Jesús, tu advertencia es solemne pero tu promesa es esperanzadora. Que la idea de quedarme fuera, de ser un desconocido para ti, me mueva a revisar mi vida. Aleja de mí la autosuficiencia de creerme "primero" por mis logros. Enséñame la humildad de los "últimos", de aquellos que, reconociendo su necesidad, se abren totalmente a tu misericordia. Que al anochecer, haya vivido no de las apariencias, sino de la verdad que te agrada.
AMÉN.
Él respondió:
"Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán.
En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera,
se pondrán a golpear la puerta, diciendo: 'Señor, ábrenos'.
Y él les responderá: 'No sé de dónde son ustedes”.
La advertencia permanece, con Dios nos hay adelantos en la fila, ni robo o reventa de lugares en Su Reino.
Jesús sigue insistiendo en que con Él y lo suyo, nada es meritorio, nada es por conocidos o por palancas.
En el sistema judío se daba que de forma libre y extensa se discutieran estos temas, era una forma muy judía de comentar las escrituras o la ley de Moisés.
De ahí que la pregunta para Jesús viene envuelta en contexto judío, pues la salvación no era ni tema para con los no judíos.
Pero la respuesta de Jesús se abre por completo a la opción libre de cada persona. La puerta es Él, y por eso La Salvación ya no depende de ser o no israelita, o ser de cierta raza, o religión. Todo queda en la personal y libre elección de entrar o no por ella.
Hoy nos toca a nosotros decidir entrar por esa estrecha puerta, y animar a muchos a que lo hagan, a que se liberen de sus cargas y aprovechen la libertad de elegir pasar por ella. Hoy pedimos al Espíritu Santo nos proteja y nos libre de querer hacer de esto un club privado de “Only Members” negando la entrada a los que según nuestros cánones y requisitos, no pueden entrar. No sea que al final descubramos con horror que El Señor de la casa no tiene idea de quienes somos.
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