Oración y Evangelio 20251016
OREMOS
Jesús les contestó: — Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí, jamás tendrá hambre; el que cree en mí, jamás tendrá sed.
JUAN 6:35
SEÑOR JESÚS
Al terminar este día, examino mi corazón a la luz de tu Palabra. ¿En qué mis acciones buscaron, solo la apariencia y no la justicia y el amor verdadero que Tú pones como fundamento? Perdona si hoy busqué mi propio honor y olvidé la humildad y la compasión.
Como Santa Teresa, que todo lo fundaba en la autenticidad de tu amor, te pido que este descanso renueve mi espíritu. Mañana, que mi único anhelo sea vivir tu misericordia en lo sencillo, aliviando cargas y amando con obras, no solo con palabras.
AMÉN.
EvDH:”Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos.
Así se pedirá cuenta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo:
desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue asesinado entre el altar y el santuario.
Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto.”
Ciertamente en el Anuncio de la Buena Nueva no puede haber amenaza o miedos que inviten a acercarse a Dios, pero una vez que entras en contacto con Jesús y sus palabras, aparecen en el contexto de sus palabras frases como “se le pedirá cuenta de todo esto”. Y si ya tener una deuda que no podemos terminar de pagar, o que no podemos pagar nos quita la paz en todas las áreas de nuestra vida; el saber que seremos llamado a cuentas por el Creador es tema para tomar decisiones que cambien el rumbo de nuestra vida. O bien, pasamos a una indiferencia que tendrá fin cuando estemos delante de Él.
Decía San Juan de La Cruz, que seremos juzgados en el Amor.
Recibir y seguir a Jesús implica aceptar que en Él todo está cumplido y todo está pagado, nuestra Salvación es completa y no se debe nada.
Cuando se nos regale ir a Su Presencia, aún con todo lo que llegaremos debiendo, como humanos, y como pecadores, si somos de aquellas almas que recibieron el privilegio y el derecho de ser llamados Hijos de Dios, por haberlo recibido y creer en su Nombre, el saldo que nos quede, será cubierto por Él con su Muerte y Resurrección.
Hoy pidamos al Espíritu Santo que nos llene de su Unción para anunciar el Tiempo de Gracia del Señor, que anunciemos su Misericordia sin esconder su Justicia.
Que Su Amor cubra nuestra vida y nuestro compartir la Buena Nueva de Jesús siempre.
Comentarios
Publicar un comentario