Oración y Evangelio 20251009

*OREMOS*

Si, por el contrario, reconocemos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos purificará de toda iniquidad.
1 JUAN 1:9

SEÑOR JESÚS*

Al final de este día, vuelvo a Ti con la sencillez que nos enseñaste. Te doy gracias por el pan de hoy, por el sustento y la vida. Examino mi corazón y perdono a quienes me ofendieron, así como Tú, en tu misericordia, perdonas mis faltas.

En el silencio de la noche, pongo en tus manos las preocupaciones que intentaron alejarme de Ti. Santificado sea tu nombre en mi descanso. Que tu Reino de paz guarde mi sueño, y que al amanecer, pueda levantarme confiado en tu providencia otra vez.

AMÉN.


EvDH:”¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente?
¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!".
La vieja enseñanza dice que si quieres echar a perder a tus hijos, dales todo lo que te pidan.
Queda a la vista que El Padre sí sabe dar, tan es así que más allá de las cosas buenas que podría darnos, nos da al Espíritu Santo, que implica todo y más, pues recibiéndolo entramos en la escuela del saber pedir y saber recibir. Sobre todo en lo que implica servirlo y seguirlo contando con Su Providencia.
En este tema nos complementan Santiago y San Pablo.
Santiago dice sin tapujos o filtros con respecto a pedir:
“Ustedes no tienen, porque no piden. O bien, piden y no reciben, porque piden mal, con el único fin de satisfacer sus pasiones.” Santiago 4, 2-3
Y San Pablo lo completa desde otra perspectiva, pues afirma que es El Espíritu el que nos enseña a orar y a pedir:
“Igualmente, el mismo Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos orar como es debido; 
pero es Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables.
Y el que sondea los corazones conoce el deseo del Espíritu 
y sabe que su intercesión en favor de los santos está de acuerdo con la voluntad divina.” Romanos 8,26-27
Al fondo de todo esto está El Padre, es a Él a Quien le pedimos, es a Él a Quien acudimos en el Nombre de Jesús y con la ayuda del Espíritu Santo.
Hoy con la ayuda del Espíritu Santo pedimos al Padre en el Nombre de Jesús que nos dé al Espíritu Santo, recibiéndolo sabremos agradecer y sabremos pedir según la Voluntad de Dios.

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