Oración y Evangelio 20250927
OREMOS
Por consiguiente, el pueblo de Dios está aún en espera de un descanso,
HEBREOS 4:9
SEÑOR JESÚS
En este día en que recordamos a San Vicente de Paúl, quien supo ver tu rostro en los abandonados y pobres, ayúdame a comprender, como tus discípulos, que tu camino es de entrega humilde. Cuando hoy me enfrente a lo incomprensible -las dificultades, los contratiempos o el sufrimiento- que no me ciegue el miedo a preguntar o a profundizar, sino que confíe en que tu plan de amor se revela en lo que no logro entender.
Jesús, como enseñaste a San Vicente, quiero descubrirte en los que son "entregados en manos de los hombres": los olvidados, los que sufren, los que necesitan una mano amiga. Ilumina mi mirada para reconocer tu presencia en lo sencillo y cotidiano, y dame la valentía de servir sin buscar aplausos, confiando en que tu entrega silenciosa transforma el mundo desde lo pequeño.
AMÉN.
EvDH:”Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres".
El tema es fuerte, pero esta frase de Jesús no es extraña. Cuando hablaba con sus discípulos era una constante al momento de empezar un tema que no quería que pasara inadvertido o escuchado a medias. (Lucas que lo escribe, lo subraya)
En otras versiones se escribe “Presten atención y oigan bien”. “Poned en vuestro oídos estas palabras”. “Estad atentos a lo que voy a deciros”. “haced que penetren bien en vuestros oídos estas palabras”. “Oíd bien esto y no lo olvidéis”. Como sea, la orden está dada.
Solemos llegar a extremos en esto de pensar. O somos triunfalistas, o somos pesimistas. En ambos casos, más allá de lo evidente, de lo presente, o de lo meritorio.
Ya fuera en el tema de la Resurrección o de la Pasión, los discípulos no estaban en capacidad de llegar a entender semejante predicción. La Resurrección era tema conocido pero lejano en la experiencia cercana, sobra decirlo. Y ahora, al hablar del sufrimiento que tenía que pasar, los descolocaba a todos en aceptar y acomodar la información.
Hoy por hoy, estamos claros y convencidos de que se nos ha dado y regalado el Don de recibir al Espíritu Santo, quién, en palabras de Jesús, nos guía a la verdad total, a toda la verdad. (Juan 16,13)
Por eso, hoy, confiadamente, le pedimos que nos unja y nos ayude a escuchar bien, a darle toda nuestra atención, para que las Palabras de Jesús penetren en nuestros oídos y en nuestro corazón. Y aunque no las entendamos en el momento, podamos recordarlas cuando nuestra misión de servirlo y amarlo así lo requiera.
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