Oración y Evangelio 20250906

OREMOS
Se te ha hecho conocer lo que está bien, lo que el Señor exige de ti, ser mortal: tan sólo respetar el derecho, practicar con amor la misericordia y caminar humildemente con tu Dios.
MIQUEAS 6:8 

SEÑOR JESÚS

Al comenzar este día, reconocemos que a veces cargamos con el peso de normas y expectativas que, como los fariseos, nos hacen olvidar lo esencial: la misericordia y la verdadera necesidad del corazón. Hoy, frente a las obligaciones, el estrés o el juicio hacia los demás, queremos recordar que Tú eres el Dueño del sábado, el Señor de lo humano y lo divino. Danos la sabiduría para discernir entre lo que es rigidez y lo que es amor, entre el frío cumplimiento y la caridad que sana y alimenta el alma.

Señor, hoy también nosotros tenemos hambre: de paz, de sentido, de cercanía tuya. Como David y sus hombres, venimos a ti confiados, sabiendo que nada de lo que nos das es ajeno a tu misericordia. Que cada momento de esta jornada -el trabajo, el descanso, el encuentro con otros- sea vivido con la libertad de quien sabe que eres Tú quien guía y santifica todo nuestro tiempo. Libéranos de toda actitud que juzga sin amar y enséñanos a priorizar el bien de las personas por sobre cualquier norma vacía.

AMÉN.
BUENOS DÍAS
FELIZ Y BENDECIDO SÁBADO.

EvDH:"Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían.
Algunos fariseos les dijeron: "¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?”…
Después les dijo: "El hijo del hombre es dueño del sábado".
Vamos dejando en claro que era un prohibición de la tradición oral, no de la ley escrita. (en ninguna parte de la ley del AT se menciona algo así)
O sea, que más allá del descanso del sábado, la cosa era complicar lo simple del descanso del sábado. 
Comprobado es que La culpa no funciona como método para dejarse amar por Dios. Cuando hay más prohibiciones que motivaciones para estar en la fe, algo no está en su lugar.
El sentido común tiene también cabida en la fe. Pues acá el hambre, que es una simple necesidad natural, supera cualquier reglamento.
Cuando la dignidad humana queda supeditada a alguna regla o requisito es ya señal que es cosa de los hombres y no de Dios.
Pidamos al Espíritu que nos ayude a siempre ver a Jesús por encima de todo, pues Él lo rebasa todo en absoluto. 
Él sigue siendo El Señor del Sábado, Él es el cumplimiento de la Ley, pues el que ama, cumple la ley.


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