Oración y Evangelio 20250917

OREMOS

No se amolden a los criterios de este mundo; al contrario, déjense transformar y renueven su interior de tal manera que sepan apreciar lo que Dios quiere, es decir, lo bueno, lo que le es grato, lo perfecto.

ROMANOS 12:2 

SEÑOR JESÚS

Hoy sales a nuestro encuentro y preguntas con qué compararnos, y nos describes como a niños caprichosos que nunca estamos contentos. Nos quejamos si las cosas no son como queremos, juzgamos a los que son diferentes: al que es muy austero y al que celebra la vida, al que es riguroso y al que derrocha misericordia. Perdónanos por esta actitud infantil que solo busca excusas para no escuchar tu llamada.

Que en este día nuevo no me deje llevar por la crítica fácil ni el juicio severo. Dame un corazón sabio, como el que Tú apruebas, para reconocerte en lo inesperado: en la sonrisa de un extraño, en la paciencia de un compañero de trabajo, en la honestidad simple de quien vive sin apariencias. Que hoy te encuentre en lo cotidiano y no me ciegue mis prejuicios.

AMÉN.

BUENOS DÍAS.

FELIZ Y BENDECIDO MIÉRCOLE

EvDH:”Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen: '¡Ha perdido la cabeza!'.

Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: '¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!'.

Pero la Sabiduría ha sido reconocida como justa por todos sus hijos.”

Una canción de los años 80 decía: “hay gente que nunca creerá” Porque cuando hay excusas, o pretextos, ni Dios queda bien. 

Hoy de remate nos topamos con el muro de la indiferencia, que le agrega a todo lo anterior un, no me importa, un, no me interesa.

La forma de anunciar y de llevar el Evangelio puede variar, y en cada mensajero puede ser maravillosamente creativa. Lo que no está a discusión, y menos aún a negociación, es El Evangelio en sí. 

Es un hecho que hay estilos, formas, y personalidades, pero eso al interno no puede llegar a dividirnos, ni a contraponernos. Además de que al externo no se debe vender cada forma como si fuera la única, eso también sería  un error. 

El llamado a compartir la noticia de Jesús, del Evangelio, acompañado ciertamente de nuestra coherencia y de nuestro testimonio con la ayuda del Espíritu Santo, permanece y va más allá de reacciones o aprobaciones.

No lo tomemos  personal cuando no sea aceptado, o no sea bienvenido, o peor aún, simplemente no sea ni atendido. Nuestra misión es anunciar y compartir el Evangelio.

Pidamos al Espíritu Santo que en nuestras vidas y con nuestras vidas, la Sabiduría de Dios siempre esté presente y avale todo nuestro servicio.