Oración y Evangelio 20251205
OREMOS
Amemos, pues, nosotros, porque Dios nos amó primero.
1 JUAN 4:19
SEÑOR JESÚS*
Hoy comienzo mi día como esos ciegos de Cafarnaúm, reconociendo que hay sombras en mi camino: no ver soluciones an mis problemas, no distinguir la mejor decisión o ignorar las necesidades de los que me rodean. Con la misma fe humilde, clamo a Ti: "¡Ten compasión de mí!". Creo firmemente que Tú puedes iluminar mi oscuridad y guiar mis pasos.
Toca, Señor, los ojos de mi alma con tu gracia. Que mi fe no sea solo un deseo, sino la certeza que me hace ver el mundo con tu mirada de amor y compasión. Y al recibir tu luz, que mi vida entera, en el trabajo y en el hogar, proclame sin palabras tu misericordia, convirtiendo cada acción en un testimonio de tu poder y bondad.
AMÉN.
EvDH:”Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron y él les preguntó:
"¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?". Ellos le respondieron: "Sí, Señor".
Jesús les tocó los ojos, diciendo: "Que suceda como ustedes han creído".
El pasaje deja abierta la puerta de lo que la fe puede alcanzar, se puede dar, y puede suceder.
San Pablo diría después que Dios responde nuestras oraciones mejor de lo que se las pedimos. (Ef 3,20)
Y así como queda abierta la puerta a que se haga según nuestra fe, igual la dejamos abierta para que se haga según Su Voluntad, sin negar, ni esconder nuestra petición.
Humildemente hoy pedimos al Espíritu Santo que sea nuestro guía y nuestro maestro al momento de pedir, al momento de acudir al Padre y pedirle en el nombre de Jesús.
Nos reconocemos pequeños, reconociendo su grandeza
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