Oración y Evangelio 20250624

PADRE DE MISERICORDIA

     Hoy recuerdo el gozo de Isabel al abrazar a Juan, ese hijo inesperado que nació de tu promesa. Como sus vecinos que se regocijaron con ella, enséñame a saborear las alegrías sencillas de este día: los dones escondidos en lo cotidiano, la luz en rostros familiares, las pequeñas maravillas que tu mano siembra en mi camino.

     Guíame, Juan Bautista, con tu valentía: que como Zacarías al escribir 'Juan es su nombre', yo tenga el coraje de ser fiel a mi vocación aun cuando rompa tradiciones o expectativas. Fortalece mi espíritu en el silencio del desierto de este mundo, para que cada paso, cada encuentro, prepare los caminos para tu Hijo en los corazones.

AMÉN.

BUENOS DÍAS.

FELIZ Y BENDECIDO MARTES.

ORACIÓN 

Felices los que están tristes, porque Dios mismo los consolará.

MATEO 5:4 

EvDH:”A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, 

y querían llamarlo Zacarías, como su padre;

pero la madre dijo: "No, debe llamarse Juan".

Ellos le decían: "No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre".

Quede claro que no tenía nada de malo que se llamara como su padre, era tradición total en sus tiempos y en su clan. 

El punto es que Dios (como en todo, si lo dejamos y descubrimos) había metido Su Mano y el destino de este niño estaba en sus planes y designios.

Nuestros padres debieron haber pasado su dolor de cabeza cuando no les cumplíamos el plan estipulado o previsto. Y si a eso le agregamos el factor Dios, debiendo simplificarse, para muchos se termina de complicar.

Hoy para los que somos mamás y papás, la misma historia no es menor, pues tenemos que jugar en el área que implica cuidar y custodiar a nuestros hijos, y habiendo hecho eso, dejar la puerta abierta a que Dios haga su voluntad y su plan en ellos. Sin dejar nuestra responsabilidad ser colaboradores de Dios en las vidas de los que amamos.

Hoy pedimos ayuda, discernimiento y muchas sabiduría al Espíritu Santo para ser los primeros testigos de como Dios hace y realiza su Plan en los que nos ha encargado, y en ese proceso estar ciertos de que también en nosotros se cumple su voluntad, buena, perfecta, y agradable. (Romanos 12)