Oración y Evangelio 20250610
SEÑOR JESÚS
Al comenzar este día, recuerdo tus palabras: ‘Tú me has hecho sal de la tierra y luz del mundo’. Que en mi trabajo, mi hogar y cada encuentro, mi vida dé sabor: Llevando esperanza donde hay rutina. Siendo bondad en la prisa cotidiana, manteniendo la fe cuando todo parece gris. No permitas que pierda el sentido de mi misión.
Como luz que no se esconde, ayúdame a brillar con obras concretas: en mi honestidad al resolver problemas, en mi paciencia con los demás, en mi alegría auténtica. Que todo lo que haga hoy, por pequeño que sea, muestre tu amor y glorifique al Padre.
AMÉN.
BUENOS DÍAS.
FELIZ Y BENDECIDO MARTES.
ORACIÓN
Enjugará las lágrimas de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor, porque todo lo viejo ha desaparecido.
APOCALIPSIS 21:4
Ustedes son la sal de la tierra.
Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.
Ustedes son la luz del mundo.
No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña.”
La sal en otros tiempos era tan importante que llegaría hasta nosotros con la palabra salario, proveniente del latín salarium, que se aplicaba como forma de pago a esclavos o actividades consideradas de economía de pueblo. Además de ser el mejor conservador de alimentos de la época.
Hoy, la gran mayoría de nosotros al llegar la noche, nos acercamos a un interruptor en la pared que con un movimiento activa la luz, iluminando el lugar en donde estamos.
Y no siempre fue así, y aún hoy, hay lugares donde no es así.
Por lo que la sal y la luz siguen siendo un privilegio.
A tal punto que Jesús nos pide que seamos ambas, que le pongamos sabor a la vida de muchos, disfrutando el sabor de la nuestra, y que lo que todo lo que hagamos, más allá de discursos, tenga luz propia y dé Gloria al Padre.
Hoy pedimos confiadamente al espíritu Santo, nos haga ser sal y nos haga ser luz .
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