Oración y Evangelio 20240816

Jesús le dijo: — ¿Crees porque has visto? ¡Dichosos los que crean sin haber visto!

JUAN 20:29 

EvDH:”Él respondió: "¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne?

De manera que ya no son dos, sino una sola carne. 

Que el hombre no separe lo que Dios ha unido".

El síntoma es mundial, el llamado vocacional cada vez se diluye más, en lo religioso, y muy evidentemente en el llamado al matrimonio.

Más que juzgar, o buscar buenos y malos en el tema, hoy subrayamos una aclaración que hace Jesús sobre esto. Él dice, cuando le preguntan sobre una prescripción que Moisés permitió pasar en sus tiempos: “que fue debido a la dureza del corazón de ustedes, pero al principio no era así.”

No son pocas las situaciones, hechos y circunstancias que, si no nos prevenimos, van a endurecer nuestro corazón. Y un corazón al que le han exprimido su capacidad de amar y ser amado, no está, ni abierto, ni listo para ninguna vocación.(todo llamado de Dios implica el Amor y el Amar)

Dios en el tema de la vocación es completamente activo y pro-activo: Él llama, Él capacita, Él Une, Él acompaña. De ahí la sentencia: “Que el hombre no separe lo que Dios ha unido”.  

Es claro que si Dios queda reducido a un club social, a un requisito meramente religioso, a un aparentar y un cumplir, o a un modo de disfrazar culpas. Aunque se haga mención de Dios, no se puede decir que Él habrá Unido a nadie. Por lo que además a eso de que “el hombre no separe lo que Dios ha unido”, hay que agregar que no se puede llamar unión lo que no se la ha permitido a Dios unir.

Pidamos al Espíritu Santo que nos sane cada día más nuestro corazón, que nos proteja de lo que lo pueda endurecer o nos haga alimentar el sin sentido de vivir sin amar. Que nos encienda la llama de la Vocación de Amar y eso nos lleve a vivir la alegría del llamado para el que Él nos eligió.