Oración y Evangelio 20240815
Dé cada uno según le dicte su conciencia, pero no a regañadientes o por compromiso, pues Dios ama a quien da con alegría.
2 CORINTIOS 9:7
EvDH:”María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo, para que la Madre de mi Señor venga a visitarme?”
De lo que se lee en la Biblia sobre María, se puede percibir de Ella, que fue (y es) una Mujer de ser, de hacer, y de un decidido reaccionar en el acercarse a los que amaba, y estar ahí para ellos. Este pasaje y el de Caná se suman a ese respecto.
Se puede leer rápido, pero queda especificado por Lucas, que la reacción de Isabel, no es solo emocional, lo hace LLENA del Espíritu Santo, por lo que las palabras siguientes son totales, claras y ungidas.
Hoy celebrarmos La Asunción de María a los Cielos, creemos que Jesús mismo vino por Ella, y en su Dormición fue llevada al Cielo (por eso es Asunción y no Ascención)
Quede claro que la historia o el dato como tal, no está en la Biblia, y la festividad nos viene de los Ortodoxos a partir del siglo sexto, hasta que el Papa Pío XII lo define como dogma.
OJO: no está en la Biblia, pero… NO la contradice.
Pues no sería, ni la primera, ni la única persona con la que Dios hace algo así. Elías sube al Cielo en un “Carro de Fuego” (2 Reyes 2:11-14), y el Arcángel Miguel enfrentó al demonio cuando vino por el cuerpo de Moisés (Judas 1,9)
Curiosamente los dos (Moisés y Elías) se aparecen en La Transfiguración.
En resumen: si lo hizo con estos dos personajes que son famosos ejecutivos de la empresa, ¡con más razón con María, que es la Madre del Dueño!
La Misión más completa y hermosa de Ella es la de llevarnos siempre a Jesús, la de presentarnos a Su Hijo, El Señor.
Hoy pedimos al Espíritu Santo que al igual que a Isabel, nos llene, y nos haga ver, adorar y seguir a Jesús El Señor siempre y hasta la Vida Eterna, mientras damos gracias porque La Madre de Nuestro Señor, nos visita con su su oración constante por nosotros como Buena Madre que es.
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