Oración y Evangelio 20240805
Pongan el corazón en lo que hagan, como si lo hicieran para el Señor y no para gente mortal. Sepan que el Señor les dará la herencia eterna como premio y que son esclavos de Cristo, el Señor.
COLOSENSES 3:23-24
EvDH:”Al atardecer, los discípulos se acercaron y le dijeron: "Este es un lugar desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos".
Pero Jesús les dijo: "No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos".
Ellos respondieron: "Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados".
"Tráiganmelos aquí", les dijo.”
Todos los factores que se juntan y se suman para que se dé el milagro de la multiplicación de los panes, y los peces, pintan un cuadro al final un maravilloso cuadro completo. (Lo que enriquece de por sí, ya un milagro de esa dimensiones.)
Los discípulos ya habían previsto que hacer con tanta gente y estaban claros de que era mejor que se fueran a pueblos cercanos para buscar como alimentarse, era básicamente una solución logística clara y simple,
deslindándose de solucionarlo.
Hoy escuchamos a Jesús claramente, decírnoslo, viéndonos a los ojos con una sonrisa traviesa. Y no es cosa menor escucharlo decir “denles ustedes de comer”.
Hoy se nos desafía, hoy es un reto desde el cielo para toda nuestra misión y apostolado, y lo que Jesús pide al final es que esos famosos cinco panes y dos pescados que se le presentan se los lleven, se los traigan y se los pongan enfrente.
Eso nos toca hacer entonces, descubrir definir y arriesgar nuestros cinco panes y dos peces. Siempre será poco para tantos, pero la generosidad y el atreverse a dejarlo todo en sus manos puede alcanzar un milagro.
Pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a definir nuestra pequeñez, nuestra fragilidad, nuestros panes y peces para poderlos poner delante de Jesús y que Él pueda multiplicarlos, y así alimentar el hambre de las muchas almas que lo esperan.
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