Oración y Evangelio 20251124
OREMOS
No serán ustedes quienes hablen, sino que el Espíritu del Padre hablará por ustedes.
MATEO 10:20
SEÑOR JESÚS
En la memoria de San Andrés Dung-Lac y sus compañeros mártires, nos encuentre hoy en el silencio de nuestro corazón. Que al ofrecerte nuestra jornada, con sus trabajos y descansos, alegrías y preocupaciones, lo hagamos con la generosidad de la viuda del Evangelio: no dando solo lo que nos sobra, sino entregándote lo esencial: nuestra confianza y nuestro amor, sabiendo que Tú nos sostienes.
Señor, que el ejemplo de los mártires, que lo dieron todo por Ti, y la fe de aquella mujer, que te confió su vida entera, nos animen a vivir este día con un corazón pobre y confiado. Que en cada acción, por pequeña que sea, te demos todo lo que somos, seguros de que en tus manos nuestro don se multiplica.
AMÉN.
EvDH:”Levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el tesoro del Templo.
Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre,
y dijo:
"Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie.
Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir."
No es solo el hecho de dar, que ya es tema. Es lo que significa el dar; la intención de dar, la alegría, el desprendimiento de dar. Por eso el tema no se queda en la economía, sino en el no auto-engañarse en creer que damos, cuando lo que se hace es solo repartir sobras.
Santa Teresa de Calcuta usaba una frase que fue popular en la Segunda Guerra Mundial: “Dar hasta que duela”, la hizo suya, y nos la transmitió con su testimonio.
Nadie merece nuestras sobras, de tiempo, de cariño, de atención, y de ayuda. Ni nosotros aceptaríamos algo así.
Hoy pedimos al Espíritu Santo que nos ayude y nos enseñe a dar, y que el equilibrio en el dar y el pedir nos ayude a descubrir le regalo de Dios en ambas acciones.
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