Oración y Evangelio 20251123

OREMOS

Aunque camine por valles sombríos no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo, tu vara y tu cayado me sosiegan.

SALMOS 23:4 

SEÑOR JESÚS

Rey del Universo, que desde la Cruz revelas un reinado de amor y no de poder, gobierna hoy mi corazón. En las decisiones, grandes y pequeñas, que tome este día, que tu Cruz sea mi criterio y tu servicio, mi modelo.

Que como el buen ladrón, reconozca en mis debilidades que sólo Tú puedes salvarme. No permitas que la soberbia o el éxito mundano me engañen. Acuérdate de mí hoy, en cada instante, y haz que mi trabajo y descanso sean para gloria de tu Reino eterno.

AMÉN.

EvDH:”Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: "¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros".

Pero el otro lo increpaba, diciéndole: "¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo".

Y decía: "Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino".

Él le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso".

En medio del intenso dolor y sabiendo que estaba a nada de terminar de cumplir su misión de salvarnos, sucede esto, ¡se da el espacio para salvar un alma más! 

Hoy pedimos al Espíritu Santo, la certeza de que algún día, nuestro día, se cumpla esta promesa de Jesús en nosotros y con nosotros, de que Él estará a nuestro lado, de que estaremos con Él. 

Y más allá del Paraíso, sabemos que será la Casa del Padre, y que Él supera la inmensidad que nos espera. 

La sorpresa del cielo debió haber sido total al recibir a este “buen ladrón”, que llega a la Eternidad, sin cumplir ningún requisito establecido, ni de pertenencia, ni de retiro, de formación, o de catequesis; lo único que llevaba con él era la directa invitación del Dueño del lugar, que había respondido a su oración sincera y humilde, misma que hoy pedimos al Espíritu Santo nos ayude a decir por fe, aún en medio de las pruebas: “¡Señor, acuérdate de mí!”