Oración y Evangelio 20251106

OREMOS

Yo conozco mis designios sobre ustedes —oráculo del Señor—. Son designios de bienestar, no de desgracia, pues les ofrezco un futuro y una esperanza.

JEREMÍAS 29:11 

SEÑOR JESÚS

Al comenzar este día, me reconozco como esa oveja perdida y esa moneda extraviada. En la prisa y las distracciones diarias, mi corazón a veces se aleja de Ti. Pero tu Palabra me recuerda que no soy solo un número para Ti; me buscas personalmente en mis caídas y descuidos.

Hoy quiero caminar con la certeza de que tu misericordia me persigue. Que esta verdad llene de alegría y confianza cada momento, sabiendo que, si me pierdo, Tú sales a mi encuentro. Y ayúdame a ser reflejo de tu amor, buscando con paciencia a quien a mi lado se siente perdido.

AMÉN.

EvDH:”Jesús les dijo entonces esta parábola:

"Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?

Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de ALEGRÍA

y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: “ALÉGRENSE conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido".

De este pasaje tan representativo del Evangelio, hoy rescatamos la cantidad de veces que se hace referencia en él al término de La Alegría, en sus diferentes presentaciones y aplicaciones. 

El Pastor se llena alegría al encontrar a su oveja perdida, y de paso invita a todo el barrio a alegrarse con él.

La mujer que encuentra la moneda después de haberla perdido, igualmente invita a todos los demás a alegrarse con ella por haberla encontrado.

Jesús deja en claro que hay más Alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse".

Y finalmente dice que hasta los ángeles de Dios se alegran por un solo pecador que se convierte.

Si alguna vez te preguntaste si hay alguna cosa que alegre a Dios, esta es una de ellas: Nuestra conversión y el encuentro de aquellos que estaban lejos o se daban por perdidos al ser encontrados por el Amor. 

Hoy aceptamos la invitación de Jesús de alegrarnos con Él y con sus ángeles, y le pedimos al Espíritu Santo el Don de la Alegría, y que nos haga cómplices en la Alegría del cielo siendo mensajeros del Amor de Dios su Gracia.