Oración y Evangelio 20240229
Sondéame, oh Dios, conoce mi corazón, pruébame, penetra mis pensamientos; mira si me conduzco mal y guíame por el camino eterno.
SALMOS 139:23-24
EvDH:”Abraham respondió: 'Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen'.
'No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán'.
Pero Abraham respondió: 'Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán’”.
El aviso que da Jesús en esta parábola del hombre rico y Lázaro, no es menor. Hay personas, hay gente que, por la razón que sea, nunca creerá.
Obvio es que eso no nos puede detener en llevar el mensaje, pero que el dato quede incluido y agregado en el presupuesto es importante.
No ganamos discusiones, compartimos la Buena Noticia de Jesús, y la respuesta siempre será personal.
Sin ir muy lejos, muchos de los contemporáneos de Jesús, en especial los fariseos decidieron no creer, y aún con la resurrección de Lázaro, su soberbia y testarudez no los dejaba ver y aceptar el mensaje y la persona de Jesús. Peor aún les levantaba aún más su odio y envidia para con el Señor.
No somos los héroes de la película, somos de los pecadores que han aceptado Su Gracia y Su Misericordia.
Pedimos hoy al Espíritu Santo por aquellas personas, que, por la razón que sea, no aceptan, no creen y no reciben la Buena Noticia.
Pedimos al Cielo que, así como la tuvo y la tiene con nosotros, también Su Misericordia esté a la mano, cercana y pronta a sanar el corazón de esas personas, como lo hizo y hace con nosotros.
Que no quede por nuestra parte el haberles compartido de alguna forma la noticia de Jesús Resucitado.
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