Oración y Evangelio 20240226

Cuando tengo miedo, en ti confío;
SALMOS 56:4 


EvDH:”Jesús dijo a sus discípulos: 
«Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes ES misericordioso.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
Den, y se les dará. 
Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. 
Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes».
Es tranquilizante que sean Palabras directas de Jesús, sin anestesia, ni nada que las pueda filtrar. Si las dice cualquier otro, así le iría. (Pueden preguntarle al Papa Francisco)
No hay medias tintas en esta letras, y aprovechando la Cuaresma, hacemos un examen de conciencia propio y nos reflejamos sin esconder nada a Sus palabras. 
Hace poco leíamos “ESCÚCHENLO”. Hoy nos permiten hacer el ejercicio.
Lo cierto es que juzgar y condenar (que humanamente van de la mano) nos paraliza y diluye cualquier esfuerzo pastoral de acercamiento a los que más lo necesitan. Nos detiene el dar con alegría, y por lo tanto el recibir también.
Pidamos al Espíritu Santo leer este pasaje en función de nosotros, pues en estas letras los que quedaríamos juzgados, condenados y sin perdón, seríamos nosotros mismos, y no porque Dios así lo quiera, sino por propia elección.
Que nos libre de medir o sacar medidas de los demás para ejercer la Misericordia.
“La medida del Amor de Dios es amar sin medida” San Agustín

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