Oración y Evangelio 20240211
Procuren estar en paz con todos y llevar una vida de consagrados; sin ello nadie verá al Señor.
HEBREOS 12:14
EvDH:”Se acercó a Jesús un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: "Si quieres, puedes purificarme".
Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Lo quiero, queda purificado".
En seguida la lepra desapareció y quedó purificado.”
En el contexto recordamos que para cualquier persona “impura” como era el caso del leproso, era más que prohibido acercarse a nadie, so pena de muerte a pedradas.
Hoy damos gracias al Cielo, por aquellos momentos en que nuestra lucha, nuestro cansancio, y nuestra desesperación, nos han llevado a saltar reglas, a no esperar que nos lleven, a caer delante de Él y Su Misericordia con nuestra petición, sea personal o de intercesión por alguien más.
No llegamos con un formulario, o cumpliendo un requisito de pureza, llegamos rendidos, sinceros y así nos presentamos.
No es menor el detalle que da el pasaje de ver a Jesús “conmovido” y, UNA VEZ MÁS, como varios pasajes que hemos leído estos días, extendiendo Su Mano para tocarnos.
Pedimos al Espíritu Santo nos ayude a estar frente a Él, doblando nuestras rodillas y orgullos, y apelando a Su Misericordia.
Cada uno con su historia de amor y de fe, Dios, aunque muchas veces no lo entendamos, Él siempre quiere amarnos, tocarnos y sanarnos. Siempre sabrá responder mejor de lo que le podemos y sabemos pedir. (Efesios 3,20)
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