Oración y Evangelio 20240209

A fin de que no existan divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros por igual se preocupen unos de otros. Y así, cuando un miembro sufre, todos sufren con él, y cuando recibe una especial distinción, todos comparten su alegría. Ustedes forman el cuerpo de Cristo, y cada uno por separado constituye un miembro.

1 CORINTIOS 12:25-27

EvDH:”Entonces le presentaron a un sordomudo y le pidieron que le impusiera las manos.

Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua.

Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo: "Efatá", que significa: “Ábrete". Y enseguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua y comenzó a hablar normalmente.”

En el pasaje Jesús insiste que no se lo digan a nadie, pero, pongámonos en el lugar de toda esa gente, ¡¿quién se podía agüantar semejante información?!

Una vez más el procedimiento y el contacto son parte del método de Jesús para con los que atiende en forma personal. Si ya tocar los flecos de su manto sanaba, ahora, que Él con sus dedos toque los oídos y de remate comparta su saliva, era toda una cirugía a primera vista. 

Hoy, con la ayuda del Espíritu Santo nos presentamos ante Él, y le traemos también a aquellas personas que nuestro corazón nos hace presentarle. 

Pedimos al Espíritu Santo que nos ayude a dejar a Jesús tocarnos y que Su Amor y Su poder nos sanen y liberen. 

Pedimos confiadamente al Espíritu Santo que La Voz poderosa de Jesús se manifieste diciendo EFETÁ en y a través de nosotros para este mundo que no escucha, ni deja hablar. Que se abran los ojos y se suelte la lengua de muchos para escuchar Su Voz y predicar Su Palabra. Así sea.