Oración y Evangelio 20240216
Ya no soy yo quien vive; es Cristo quien vive en mí. Mi vida en este mundo consiste en creer en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí.
GÁLATAS 2:20
EvDH:”Se acercaron a Jesús los discípulos de Juan y le dijeron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?".
Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán”.
En resumen, la razón por la que los discípulos de Jesús no ayunan, al momento de la pregunta, es justo por el mismo Jesús. Es porque Él está con ellos que no lo hacen.
Lo que nos lleva al otro extremo de la respuesta, al,
¿por qué ayunarían entonces?.
Y la respuesta es curiosamente la misma: por Jesús.
No ayunamos por cumplir, no ayunamos por quedar bien, no ayunamos por ganar méritos, no ayunamos por dieta o similar.
Ayunamos por Jesús, ayunamos con Jesús.
Se nos ha regalado una amistad, y una complicidad maravillosa con Él que ahora nos hace decidir ofrecer y sublimar sensaciones, situaciones y cosas para servirle mejor y para estar siempre dispuestos al llamado que se nos ha hecho.
En la disciplina que sea, toca ponerse al día, ponerse en forma, para poder dar la talla, y el poder ofrecer lo que podamos por el Reino (siempre con buena cara) es con siempre con saldo a favor.
Pidamos al Espíritu Santo nos guíe a llevar y hacer un buen ayuno para nuestro bien y el de la misión a la que nos han llamado.
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