Oración y Evangelio 20240217

Tanto amó Dios al mundo, que no dudó en entregarle a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino tenga vida eterna.
JUAN 3:16 


EvDH:”Los fariseos y los escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: "¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?".
Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: "No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.
Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan".
La conversión es por anuncio, por contacto, y por sano contagio. 
No se tiene que llenar ningún formulario, ni se piden requisitos especiales, es invitación abierta y directa a todos y para todos.
Rayaría en lo ridículo pensar que el médico no quiera atender a la persona justo porque está enferma, dado que el llamado y la vocación llevan al acercamiento, a la atención directa y personal.
Tendemos a hacer clubs cerrados, con membresía exclusiva y excluyente, y en la distancia que se impone, hay implicados un juicio y un miedo que aíslan y apagan cualquier acción de llevar, de llegar, de acercamiento.
Como sea, Jesús se sienta, convive, comparte, escucha y está en medio de la gente que lo recibe y necesita. 
Hoy nos toca a ti y a mí, recordando que, antes que nada, Dios tuvo Misericordia de nosotros, acercarnos y compartir con todos los que podamos la buena noticia de Jesús y el Reino de Dios. Pidamos al Espíritu Santo nos asista y nos ayude en llevar la noticia del Médico y la medicina del Cielo a muchos. 
La crítica porque lo hagas inclúyela desde ahora en el presupuesto de la Misión.

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