Oración y Evangelio 20250218
AMADO JESÚS
En este nuevo día, vengo ante Ti reconociendo mis limitaciones y mi falta de fe. Como los discípulos, a veces me distraigo con las preocupaciones y olvido que Tú eres el Pan de Vida que sostiene mi camino.
Ayúdame a abrir los ojos y el corazón para recordar tus obras en mi vida: las veces que me has provisto en la necesidad, las bendiciones que has multiplicado más allá de lo que imaginaba. No permitas que mi mente se embote con dudas ni que mis oídos se cierren a tu palabra.
Señor, líbrame de la "levadura" de incredulidad, egoísmo o desconfianza que a veces invade mi corazón. Enséñame a confiar en tu providencia y a vivir este día con gratitud, sabiendo que nunca me faltará lo esencial cuando confío en Ti.
AMÉN.
BUENOS DÍAS.
FELIZ Y BENDECIDO MARTES.
Oración
y otras tantas me ha dicho: “te basta mi gracia, porque mi fuerza se realiza plenamente en lo débil”. Con gusto, pues, presumiré de mis flaquezas, para sentir dentro de mí la fuerza de Cristo.
2 CORINTIOS 12:9
Jesús se dio cuenta y les dijo: "¿A qué viene esa discusión porque no tienen pan? ¿Todavía no comprenden ni entienden? Ustedes tienen la mente enceguecida.
Tienen ojos y no ven, oídos y no oyen. ¿No recuerdan
cuántas canastas llenas de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil personas?". Ellos le respondieron: "Doce".
"Y cuando repartí siete panes entre cuatro mil personas, ¿cuántas canastas llenas de trozos recogieron?". Ellos le respondieron: "Siete".
Entonces Jesús les dijo: "¿Todavía no comprenden?".
No son pocas las veces que perdemos de vista el bosque por estar mirando a un solo árbol.
Más que criticar a los discípulos nos toca aprender de ellos, y eso incluye lo que no se debe de hacer.
Jesús aprovechaba el tema del pan para tocar el peligro de la levadura de los fariseos, pero los discípulos discutían sobre el pan sin más trámite, sin más que agregar, y culpándose entre ellos, por no haber traído pan a la barca
La corrección de Jesús viene en dirección hacia nosotros mismos, en ver más allá, en levantar la mirada, y en escuchar nuestro corazón.
Hoy pedimos al Espíritu Santo esa capacidad y ese discernimiento, esa mirada de Jesús, que siempre ve más allá, para que nos pueda guiar a los verdaderos temas que le importan a Dios y que como su discípulos nos toca prevenir y atender.
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