Oración y Evangelio 20250209
OREMOS
SEÑOR JESÚS
Me acerco a Ti con esperanza, como aquel día en el lago de Genesaret. Tú me invitas a confiar en tu Palabra, incluso cuando mis esfuerzos parecen inútiles. Hoy, escucho tu voz que me dice: "Echa las redes". Confiando en Ti, quiero intentarlo de nuevo, sabiendo que contigo todo es posible.
Gracias por las bendiciones inesperadas y por llenar mi vida de abundancia. Ayúdame a reconocerte siempre, a seguirte con humildad, y a ser un instrumento de tu amor y misericordia. Que esta semana sea un nuevo comienzo contigo.
AMÉN
BUEN DÍA.
FELIZ Y BENDECIDO DOMINGO
Oración
No permitas que te venza el mal, antes bien, vence al mal a fuerza de bien.
ROMANOS 12:21
"Navega mar adentro, y echen las redes".
Simón le respondió:
"Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada,
pero si tú lo dices, echaré las redes".
Jesús podía haber comenzando preguntándole a los pescadores, ¿cómo van?, se les ve cansados.
Antes de llegar a esta orden de remar mar adentro, hubo todo un movimiento logístico para que Pedro, alejando su barca un poco de la orilla, ayudara a que Jesús pudiera predicar sin problema, y con la ayuda de la acústica del agua y la distancia, su Voz llegara más lejos.
Y desde ahí Jesús enseñaba como solo Él ha sabido hacerlo.
Es justo después de esto, cuando terminó de hablar, que le dice a Pedro de navegar mar adentro.
De ahí que Pedro, después de haberlo escuchado, le diga con toda la fe que viene por oír la Palabra, “porque tú lo dices”.
Después de escuchar a Jesús enseñar, Pedro sabía que podía tomarse el riesgo de obedecerlo.
No era solo una voz de autoridad, era La Palabra hecha hombre, la que confrontaba a Pedro a navegar, a pesar de todo, del cansancio y la frustración de no haber pescado nada.
Hoy se nos invita desde el Cielo a lo mismo, a seguir, a volverlo a intentar, a retomar las redes y navegar mar adentro. Dios sabe por qué nos lo dice y para qué nos lo dice.
Igual que Pedro y los demás pescadores, primero démosle espacio en nuestra barca, en nuestra vida, y tomemos todo el tiempo que se requiera para escucharlo y conocer Su Voz, para oír sus Palabras (Pedro diría después que son Palabras de Vida Eterna Juan 6,68).
Pidamos al Espíritu Santo, sin esconder nuestro cansancio o frustración, que nos llene de las Palabras Vivas de Jesús, que nos enseñe a escucharlas y guardarlas en nuestro corazón. Para que sobre esa Roca firme que sostiene nuestra fe, nos ayude a decirle hoy: Jesús, porque Tú lo dices, echaré las redes.
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