Oración y Evangelio 20250201
Acerquémonos, pues, llenos de confianza a ese trono de gracia, seguros de encontrar la misericordia y el favor divino en el momento preciso.
HEBREOS 4:16
EvDH:”Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua.
Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal.
Lo despertaron y le dijeron: "¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?".
Despertándose, Él increpó al viento y dijo al mar: "¡Silencio! ¡Cállate!".
El viento se aplacó y sobrevino una gran calma.
Después les dijo: "¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?".
Las enseñanzas y aprendizajes de este pasaje son inagotables, desde muy ricos y diferentes puntos de vista.
Lo primero es recalcar que el cansancio de Jesús es correspondiente a su sueño profundo en la barca.
Inclusive es lógico pensar que una de las misivas entre los discípulos era la de no despertarlo.
Pero las circunstancias obligaron a otra cosa.
Tenían el dato probado o probable de que, como sea, de ellos, el que podía caminar sobre las aguas era Él, los demás estaban a merced de la tormenta, y algunos no tenían mayor relación con el agua más allá de la recreación.
No quedaba más que atreverse a despertarlo.
San Agustín de este pasaje decía que descubriéramos el por qué habíamos dejado que Dios se durmiera en nuestras vidas.
Lo cierto es que la Fe de que estando Jesús con ellos en la barca nada les iba a pasar, ahora estaba a prueba total.
Cierto es que los reclamos de Jesús al final son fuertes, pero lo cierto es que cuando lo hizo, la tormenta había amainado, y las aguas se habían calmado del todo. Por lo que despertarlo, había valido la pena, sin duda.
Hoy pedimos al Espíritu Santo la Fe que nos haga falta para aprovechar a Jesús en la barca de nuestra vida.
Le entregamos nuestros miedos, pidiéndole que en su lugar nos llene del Amor que sabe echar fuera al miedo.
Que nos ayude a despertar con nuestra oración la acción de Dios en nuestras vidas.
Comentarios
Publicar un comentario