Oración y Evangelio 20250121
Guardo tus palabras en mi corazón para así no pecar contra ti.
SALMOS 119:11
De manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado".
Cuando lo prohibido supera lo lógico, salen estos temas.
Los discípulos de Jesús van cruzando un sembradío de trigo y al abrirse camino lo hacen arrancando espigas. Ya para que a esto los fariseos lo consideren “trabajo”, es muestra de que habían perdido de vista el bosque por ver un solo árbol.
El Señor aprovecha y cuenta de la experiencia de David, en donde la necesidad humana del hambre supera lo sagrado del sitio, y luego en un juego de palabras implica que, para el ser humano, para el hombre, se hicieron los días, y al final “el Hijo del hombre” es el Señor del sábado.
Marcos que lo escribe, envuelve todo el tema en que todo fue hecho para el hombre, y ahora el Hijo del hombre es el Dueño y Señor del sábado, por lo que tiene toda la libertad de hacer y deshacer lo que sea, ese día o cualquier otro.
Mantente lejos de la gente que anda fiscalizando en quien cumple o no las reglas, los requisitos, los cánones que uniforman a los privilegiados. Y acércate a aquellas almas que aman, y que por amar no andan juzgando; disfrutan y comparten su libertad, pues son hijos del Dueño del Sábado, y curiosamente, por amar y amando… cumplen la ley.
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