Oración y Evangelio 20250101
No recuerden lo pasado, no piensen en lo de antes. Pues voy a hacer algo nuevo; ya brota, ¿no lo sienten? Abriré un camino en la estepa, pondré arroyos en el desierto;
ISAÍAS 43:18-19
EvDH: ”Los pastores fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores.
Mientras tanto, María guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón.”
El comentario sobre la acción de Nuestra Madre de guardar y meditar todo esto en su corazón, es complemento total de su personalidad.
Lo que se deduce al leer sobre su ir y visitar a Isabel, sobre su acción de intervenir frente a Jesús en la boda de Caná, hablan de Ella y su capacidad inmediata de reacción y de involucramiento para con los demás.
Pero ahora el escritor, nos deja en claro que frente a todo lo que estaba pasando, Ella decide además de no olvidarlo, también, meditarlo en su corazón.
La lectura lleva a la invitación que se nos hace a conservar en el corazón los hechos y las obras de Dios, al mismo tiempo que las meditamos. Sabiendo en que en esa meditación llegará también el discernimiento que procede para las decisiones en nuestra vida y servicio al Señor.
Hoy pedimos al Espíritu Santo que nos ayude y nos enseñe a no dejar pasar nada de lo que Dios está haciendo y permitiendo en nuestras vidas.
Al mismo tiempo le pedimos nos ayude a meditar, a discernir, a contemplar con nuestra oración y actitud lo que Él tiene planeado para nosotros y los nuestros en esta muy breve vida.
Por último, leemos que fueron los pastores quienes les contaron lo que habían oído decir a Los Ángeles sobre este Niño. Pedimos al Cielo que nuestros pastores sean también comunicadores de Jesús, que en su ser pastores esté de planta el compartir y hablar de Jesús siempre y a todos.
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