Oración y Evangelio 20250115

Saben que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen.

MATEO 5:43-44 

EvDH:”Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados,

y la ciudad entera se reunió delante de la puerta.

Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él.

Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando.”

Marcos aprovecha este pasaje para dejar a la vista el orden de las cosas, las prioridades que permiten el equilibrio entre lo que somos y lo que hacemos.

Decía un hombre de Dios:

”Cuando tengo más que hacer, más tiempo tomo para orar” 

Queda a la vista la eterna trampa de perder a Dios por las cosas de Dios. 

Y más allá de un balance, hablamos de un orden. 

Siempre habrá mucho que hacer, siempre estará presente la real necesidad de todo lo conlleva servir a Dios en los demás. Pero Dios no nos contrató, Dios nos salvó, y desde ahí se acomoda todo lo demás. 

Estemos atentos para que la culpa no sea la que nos recuerde el orden de las cosas, sino que sea disciplina de estar y ser con Dios todos los días, la sed de Dios, de estar con Él y de habitarte con Él en el secreto y la intimidad de la Oración.

Pedimos al Espíritu Santo que nos ayude en nuestro estar con Dios en ese tiempo y lugar apartado o que decidimos apartar para estar con Él. Y que eso bendiga nuestro servirlo, que los frutos de nuestro trabajo sean reflejo y testimonio de nuestro tiempo de oración.