Oración y Evangelio 20250119

Pregonen su gloria entre las naciones, sus prodigios entre todos los pueblos,

1 CRÓNICAS 16:24 

EvDH:”Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, 

y la Madre de Jesús estaba allí.

Jesús también fue invitado con sus discípulos.

Y como faltaba vino, la Madre de Jesús le dijo: "No tienen vino".

Jesús le respondió: "Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? 

Mi hora no ha llegado todavía".

Pero su Madre dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que él les diga".

El pasaje es inagotable, y con cierto sentido del humor divino.

María en el pasaje que escribe Juan, el discípulo amado, recibe dos títulos en la narración: La Madre de Jesús, y de la boca Jesús, el de Mujer. 

Una vez más queda a la vista, que María, nuestra Madre, era la clase de Mujer que no había forma de sentarla o de que se quedara quieta sin inmiscuirse en la necesidad de los demás. 

En una cultura en donde el vino es sinónimo de fiesta, de estabilidad, de amistad, el que no hubiera vino, no era un tema menor, y María estaba al día de eso.

Queda claro que el milagro del agua en vino lo hizo Jesús, sin nada más que agregar. 

Ya en otros pasajes hemos visto como Jesús se sorprende de la Fe de otras personas, o de su atreverse a romper el protocolo y el orden de las cosas, por alcanzar un milagro. (Ya en su mente habría un pensamiento recurrente tipo: ¡Ah mira, como mi mamá!)

Se lee que María, una vez que logra que Jesús la escuche y la atienda, se desentiende de lo que sigue, pues es Jesús el que lo va a hacer posible.

Y en este pasaje queda el Testamento Bíblico de María para ti y para mí, mismo que hoy le pedimos al Espíritu Santo se haga realidad en nuestras vidas; que hagamos lo que Él nos diga, siempre. Así sea.