Oración y Evangelio 20250423

SEÑOR JESÚS

     En este día de la Octava de Pascua, te damos gracias porque, como a los discípulos de Emaús, te unes a nuestros caminos cotidianos. Tú caminas a nuestro lado en el trabajo, las rutinas y los momentos que parecen insignificantes. Abre nuestros ojos para reconocerte, en lo grandioso, en la sencillez de tu Palabra que ilumina nuestras confusiones, y en el pan partido que nos recuerda tu presencia viva en la Eucaristía y en cada gesto de amor compartido.

     Hoy, como aquellos discípulos, queremos invitarte a: «Quédate con nosotros». Que nuestro corazón arda, como el suyo, al escuchar las Escrituras, y que cada encuentro con los demás sea una oportunidad para revelar tu rostro. Danos la valentía de los discípulos que, al reconocerte, regresaron a compartir la alegría de la Resurrección. Que nuestras palabras y acciones anuncien, que la muerte no tiene la última palabra y que Tú caminas con nosotros hacia la esperanza.

AMÉN
BUENOS DÍAS.
FELIZ Y BENDECIDO MIÉRCOLES DE PASCUA.

Oración 

Tenemos plena confianza en que, si algo pedimos a Dios tal y como él quiere, nos atenderá.
1 JUAN 5:14 

EvDH:”Pero ellos le insistieron: “Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba”. Él entró y se quedó con ellos.
Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio.
Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista.”
Hoy nos toca celebrar y meditar en un pasaje muy querido, mismo del que prácticamente ponemos alguna imagen todos los días en nuestras redes sociales.
Hoy hacemos nuestra esta oración, esta petición, por nosotros y por muchos más a los que oscuridad les amenaza con llegar y quedarse. Quédate con nosotros Señor porque ya es tarde, porque ya anochece, hoy pedimos al Espíritu Santo nos enseñe a hacer y decir siempre esa oración.
Igualmente, pedimos con mucha alegría que nos abra los ojos en cada Eucaristía que celebremos, para por la fe, más allá del pan, y más allá del vino, saber que como Él mismo lo dijo: “Esto es mi cuerpo y Esta es mi sangre”. 
Que nos abra siempre nuestros ojos a este regalo total de Amor.


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