Oración y Evangelio 20250422

SEÑOR JESÚS

     En este día de la Octava de Pascua, te damos gracias porque, como a María Magdalena junto al sepulcro, tú nos buscas en medio de nuestras lágrimas y confusiones. Cuando el dolor o la incertidumbre nublan nuestro corazón, llámanos por nuestro nombre, como hiciste con ella, para que reconozcamos tu voz que resuena en lo profundo del alma: “¡María!”, “¡[tu nombre]!”. Que ese encuentro personal transforme nuestra tristeza en gozo, nuestra duda en certeza de que estás vivo y caminas a nuestro lado.

     Hoy, al comenzar nuestras tareas, enséñanos a buscarte no solo en lo extraordinario, sino en el jardín de lo cotidiano: en el esfuerzo laboral, en el rostro de quien sufre, en el silencio que clama tu presencia. Danos la fe de María, que corrió a anunciar: “¡He visto al Señor!”, para que, con esa misma audacia, seamos testigos de tu resurrección en nuestra familia, comunidad y entorno. Que cada paso, palabra y gesto revele que Tú has vencido a la muerte y nos invitas a vivir como hijos de la Luz.

AMÉN.
BUENOS DÍAS.
FELIZ Y BENDECIDO MARTES DE PASCUA.


Oración 

a quien Dios ha hecho, para quienes creen en su muerte, instrumento de perdón. Así, cuando perdonó los pecados cometidos en el pasado, puso de manifiesto su fuerza salvadora,
ROMANOS 3:25 

EvDH:”Jesús le preguntó: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”. Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: “Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo”.
Jesús le dijo: “¡María!”. Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: “¡Raboní!”, es decir “¡Maestro!”.
Jesús le dijo: “No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes’”.
Rescatamos varias cosas. 
La primera es maravillosa, pues la primer palabra, según la Biblia, que sale de la boca de Jesús Resucitado, es la palabra MUJER. Y queda en actas que el grito de la tumba vacía y el anuncio del Resucitado, lo dió una mujer sin cobardía. 
La segunda es inclusive un poco simpática, resulta ser que el Todopoderoso, al Alfa y la Omega, el Rey de reyes, el Señor de señores, ahora María Magdalena, lo viene a confundir con el cuidador de la huerta donde estaba la tumba, lo que habla de cómo Jesús Resucitado sigue siendo uno de nosotros, sigue cercano a nosotros, sigue siendo como nosotros.
Y finalmente, 
una vez más queda claro que es la primera vez que Jesús nos llama oficialmente hermanos y hermanas, esto, después de la Resurrección es un título que se nos consiguió una filiación divina que se nos regaló. Ahora Dios es nuestro Padre.
Pidamos al Espíritu Santo alegrarnos por Su Resurrección, ser hijos de la Resurrección, sabernos sus hermanos y hermanas y poder escuchar nuestros nombres en su boca y en su corazón siempre.


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