Oración y Evangelio 20250414
PADRE DE MISERICORDIA
En este Lunes Santo, al comenzar el día, te damos gracias por el Evangelio que nos recuerda a María, quien ungió con amor los pies de Jesús, a Marta sirviendo con sencillez, y a Lázaro, testigo vivo de tu poder. Que en nuestra rutina diaria, cada gesto de entrega, servicio y adoración, se conviertan en perfume que honre tu presencia y transforme lo ordinario en sagrado.
Señor, ante las distracciones y críticas como las de Judas, danos sabiduría para priorizar el amor que perdura sobre lo efímero. Que, como Lázaro, nuestra vida renovada anuncie tu esperanza, incluso ante las dificultades. Guíanos en este camino hacia la Pascua, para que cada paso refleje tu gracia.
AMÉN.
BUENOS DÍAS.
FELIZ Y BENDECIDO LUNES SANTO.
Oración
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, y ustedes se negaron!
MATEO 23:37
EvDH:”A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre".
Se podría leer como un epitafio, o una maldición inclusive.
No es porque Jesús lo dice que siempre será así, es porque Jesús sabe que siempre será así.
La inequidad, la injusticia, la impunidad, la avaricia con todas sus aristas, los dioses que alimentan la ignorancia, siguen estando, y no tienen cara de querer irse. No existe, ni existió, ni existirá un sistema que acabe con la pobreza, le cambian el color y hasta el nombre, pero es un hecho comprobado, siempre están y siempre estarán.
Por otro lado, esto implica un llamado total a nuestro ser cristianos, porque significa que siempre habrá muchísimo que hacer, en mil diferentes estratos y colores de la pobreza. (finalmente no solo se trata de dinero). El llamado para con los pobres, lo tendremos siempre.
En el juicio de las naciones del Evangelio de Mateo, Jesús no se anda con delicadezas, dice…”Porque tuve hambre, y no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; fui extranjero, y no me recibieron; estuve desnudo, y no me cubrieron; enfermo, y en la cárcel, y no me visitaron.”
Pedimos al Espíritu Santo la sagacidad y la sabiduría para ser parte de la ayuda, de la respuesta, que seamos manos y pies de Dios en la vida de muchos. Y que nos enseñe a hacer nuestra parte siempre, porque al final, siempre estarán con y entre nosotros.
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