Oración y Evangelio 20250409

SEÑOR JESÚS

     Hoy escucho tu llamado: «Si se mantienen fieles a mi palabra, serán verdaderamente libres».

     Como aquellos que creyeron en Ti pero se aferraron a sus tradiciones, a veces confundo mi identidad: me defino por mi trabajo, mis logros, o incluso mis fracasos, y olvido que soy hijo de Dios.

     En este día, quiero vivir como Tú enseñaste: libre de la ira, de la envidia, de las mentiras que disfrazo como «necesidades».

     Hoy, en lo concreto, seré fiel a tu verdad: al hablar con honestidad aunque me cueste, al escuchar sin juzgar a quien piensa distinto, al elegir la paz en lugar del conflicto inútil. Que mis acciones, como las de Abraham, muestren que mi Padre es Dios, y que tu libertad es el aire que respiro al servir con amor.

AMÉN.

BUENOS DÍAS.

FELIZ Y BENDECIDO MIÉRCOLES.

¿Ignoran ustedes acaso que son templo de Dios y morada del espíritu divino?

1 CORINTIOS 3:16 

EvDH:”Jesús prosiguió:

"Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo he salido de Dios y vengo de É l. No he venido por mí mismo, sino que él me envió.”

Este dato, que pareciera sencillo a primera vista, es cimiento de todo lo demás. Es el vínculo total que Jesús nos anunció, y que de paso, el Espíritu Santo nos hace descubrir y exclamar ¡Abbá, Padre! (Rom 8,15)

Lo humanamente normal, es encontrar entre los que, igual que nosotros, siguen a Jesús, competidores, adversarios, enemigos. 

El requisito que pone Jesús en el pasaje es total, “Si Dios fuera su Padre”. 

O sea que esto va más allá de membresías, de derecho de piso, de derecho por antigüedad, o por la fuerza y grandeza de tu movimiento. Es un ADN espiritual que nos lleva a reconocer, a alegrarnos de descubrir a otros hijos e hijas de Dios en nuestra vida. Es la alegría que da cuando encuentras y descubres familia, cómplices y aliados en la FE.

Pidamos conscientemente hoy al Espíritu Santo el Don de descubrirnos como hijos e hijas de Dios. 

Que Él, que es el Espíritu que nos hace sabernos filialmente unidos al Padre, nos enseñe y nos ayude a también descubrir con alegría en muchas más personas, a hermanos y hermanas, a hijos e hijas de Dios, sin que nada más nos impida saberlo, vivirlo y aprovecharlo.