Oración y Evangelio 20250414
SEÑOR JESÚS
Hoy, Domingo de Ramos, me levanto como ese burro atado en el caserío: a veces me siento útil solo para cargar rutinas, preocupaciones o tareas que nadie más quiere. Pero Tú me dices: «El Señor lo necesita». Toma mi día común, desátame de mis miedos, y úsame para llevar tu paz donde haya caos. Que cada paso -desde preparar el desayuno hasta enfrentar desafíos- sea montado por Ti, el Rey viene en lo humilde.
Cuando la crítica o el qué dirán quieran callar mi alegría, recuérdame que si me silencio, «gritarán las piedras». Hoy, como la gente del camino, tapiaré tu paso con los mantos de mi gratitud: sonreiré al cansado, escucharé al que sufre, y en lo sencillo, gritaré con mis actos: «¡Bendito el que viene en nombre del Señor!».
AMÉN.
BUENOS DÍAS.
FELIZ Y BENDECIDO INICIO DE SEMANA SANTA.
Oración
Digan a Jerusalén, la ciudad de Sión: Mira, tu Rey viene a ti lleno de humildad, montado en un asno, en un pollino, hijo de animal de carga.
MATEO 21:5
EvDH:”Jesús les dijo: "Los reyes de las naciones dominan sobre ellas, y los que ejercen el poder sobre el pueblo se hacen llamar bienhechores.Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que es más grande, que se comporte como el menor, y el que gobierna, como un servidor.
Porque, ¿quién es más grande, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es acaso el que está a la mesa?
Y sin embargo, yo estoy entre ustedes como el que sirve.”
Sea en el nivel que sea, en el puesto que sea, es la decisión de servir la que causa toda la diferencia, la que define otra grandeza.
Está por empezar su Pasión, y hace un último esfuerzo para que sus discípulos descubran el poder que tiene SERVIR.
Ya les había dicho después de lavarle los pies “ustedes me llaman Maestro, y Señor; y dicen bien, porque lo soy”. Dejando en claro que el servicio que sea, no denigra, no quita la dignidad si está clara la conciencia de hacerlo, de darlo, de ofrecerlo.
La normalidad es que sean los “grandes” los que deben ser servidos. Y tristemente, pasa a ser anormal que “los grandes” se vean sirviendo, decidan servir y se les note que desde su posición sirven.
Hoy le entregamos al Espíritu Santo lo que somos, que no nos condicione en el servir el puesto que tengamos, sino que podamos ser útiles y servir por lo que somos, más allá de lo que creemos ser, que nos llene de la grandeza del Cielo siempre.
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