Oración y Evangelio 20241228

Esfuérzate por merecer la aprobación de Dios, como un trabajador que no tiene de qué avergonzarse, como alguien que sigue fielmente la palabra de la verdad.
2 TIMOTEO 2:15 

EvDH: ”Después de la partida de los magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo". José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto.”
De repente la Sagrada Familia se convierte en una Sagrada Familia Migrante, en una familia en busca de refugio. Como tantas familias que hoy tienen que huir por la guerra o por el hambre, a las que se les niega su fundamental derecho de NO tener que emigrar.
Años después en el “Juicio de las naciones”, Jesús en la lista que reconoce y/o reclama el Juez Supremo dice: “Porque fui extranjero y no me recibieron” (Mt 25,43)
Cierto es que esto nos supera en lo que podamos hacer, y como en todo, hay luces y sombras detrás de todo acontecimiento de este calibre. 
La recomendación es que te acerques a grupos, y/o entidades, dentro o fuera de la Iglesia que saben que hacer en esta área en particular, así la ayuda que puedas dar, será bien recibida y direccionada, pues cae en manos de personas que suman la buena intención con la real capacidad de ayudar.
No está demás compartir el dato de que Jesús en los años que estuvo por allá, además del idioma materno, el Arameo de María y José, habrá hablado la lengua egipcia sin mayor problema.
Hoy, humildemente pidamos al Espíritu Santo que nos enseñe a practicar Misericordia y sana hospitalidad con aquellas personas que, por la razón que sea, han tenido que abandonar su patria, su tierra, su cultura. Algunos por alcanzar un sueño de prosperidad para los suyos, muchos por salvar su vida y la de sus hijos.
La Sagrada familia debió haber encontrado muchas personas generosas que les facilitaron la llegada y la estancia, y sin saberlo hospedaban y protegían a Dios.
Que El Señor nos instruya y nos permita serlo también a nosotros, pues muchos sin saberlo han hospedado ángeles. (Hebreos 13,2)


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