Oración y Evangelio 20241227
Respetar al Señor es el principio del saber, pero los necios desprecian la sabiduría y la educación.
PROVERBIOS 1:7
EvDH: ”Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte.
Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó.”
Una vez más La Iglesia sorprende con esta lectura en tiempo de Navidad. Pero no se sale del tema, lo completa.
Dios en su infinita capacidad de poder intervenir en la historia y en los cánones de la materia, que Él mismo estableció, hace dos cosas que nos sobrepasa entender, y que están fuera de un hecho “común”.
Ojo que, pudiendo hacer más, son estas dos las que hoy sobresalen por encima de todo:
La concepción de Jesús, o bien, el embarazo de nuestra Madre, de María, sin la intervención de nadie más. Y La Resurrección de Jesús de entre los muertos. Ambas acciones son prueba de su Deidad, pero más allá de su Amor.
María ha tenido a Jesús en su seno, y de Ella nace El Salvador. Al tercer día de su muerte, Jesús se levanta del seno de la tierra con todo el Poder y toda la Autoridad en el Cielo y en la tierra.
Por eso es impresionante que no haya hecho nada de lo que podía hacer para no morir en la Cruz. (Jesús le había dicho a Pilato que si lo pedía, El Padre enviaría a 12 legiones de ángeles a rescatarlo Mt 25,53)
Pero por encima de todo, incluso de su Poder, está Su Amor, que es el hilo conductor de todo lo ha hecho, hace y hará por ti y por mí.
Pedimos con confianza al Espíritu Santo que nos ayude a ver en ese bebé de Belén al Señor, al Salvador Resucitado. Y que reconociendo Su Poder, celebremos y agradezcamos también Su Amor que todo lo sostiene y explica.
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