Oración y Evangelio 20241226
Al ver la estrella, se llenaron de alegría. Entraron entonces en la casa, vieron al niño con su madre María y, cayendo de rodillas, lo adoraron. Sacaron luego los tesoros que llevaban consigo y le ofrecieron oro, incienso y mirra.
MATEO 2:10-11
EvDH: ”Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará.”
Llama la atención que para esta época de Navidad, leamos este Evangelio con semejante contexto de persecución.
Pero ya incluso Nuestra Madre en su canto del Magnificat tocaba temas fuertes sin la menor anestesia: (“Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.” Lucas 1,51-53)
Pero todo esto de odio y persecución ya pasa y existe.
Son muchos de nuestros hermanos y hermanas que hoy viven estas realidades (y no hablo solo de países con mayoría de otra religión, o con un sistema antieclesial per se) Hablo también de aquellos lugares y sociedades en donde por defender a los más pequeños, por decir la verdad, por procurar la justicia, (que al final son también nombres de Jesús) el odio y sus reacciones se hacen presentes contra los cristianos.
El Niño del pesebre en Belén tiene clara su Misión de amarnos y salvarnos.
Pidamos al Espíritu Santo poder ser testigos de Jesús siempre y en donde sea, y que nos prepare el corazón para saber que es por Él y por Su Mensaje que aparecen en el camino odios sin sentido. Que nos ayude a perseverar hasta el final y alcanzar nuestra Salvación.
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