Oración y Evangelio 20240608
— Yo mismo te acompañaré y te conduciré al lugar de tu descanso.
ÉXODO 33:14
Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.
Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados".
Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?".
Ellos no entendieron lo que les decía.”
La frase final hace que nos identifiquemos con ellos y nos alegremos de que al igual que ellos, aunque aceptando el Plan de Dios, nos quede en claro que no entendemos muchas veces de qué se trata, ni por dónde va el Plan de Dios.
Pedimos confiadamente al Espíritu Santo nos ayude a ser guías de nuestros hijos, para ayudarlos a descubrir al Padre y Su llamado para ellos y sus vidas.
Es muy probable que años después, cuando María y Jesús Resucitado se reencuentran, Él, sonriendo le haya dicho, como aquel tercer día en su niñez: “estaba ocupándome de asuntos de mi Padre”.
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