Oración y Evangelio 20240617
Y como amar significa cumplir los mandamientos del Señor, vivan conforme al mandamiento del amor, tal como se les enseñó desde el principio.
2 JUAN 1:6
Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.
Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra.”
Hemos sido testigos de la fuerza de arrastre y reacción que tiene la manifestación pacífica de la No Violencia (que al final resulta que es todo menos pasiva). Su capacidad de confundir al violento, o al sistema que se precie de serlo, es total.
Si la regla del ojo y el diente fuera la que nos rigiera, estaríamos todos tuertos y desdentados (Chimuelos se dice en México)
En medio del pasaje Jesús deja en claro que la dignidad es la que sostiene todo el proceso. Siendo que Él mismo nos ha dejado una prueba con su reacción frente a la bofetada que recibió:
“Apenas Jesús dijo esto, uno de los guardias allí presentes le dio una bofetada, diciéndole: «¿Así respondes al Sumo Sacerdote?».
Jesús le respondió: “Si he hablado mal, muestra en qué ha sido; pero si he hablado bien, ¿por qué me pegas?” (Juan 18, 22-23)
Jesús no le esconde la otra mejilla, pero lo confronta frente al hecho de la violencia vacía y sin sentido del guardia que le pegó. No es solo poner la otra mejilla, es presentarnos con dignidad al agresor, al punto que su violencia pierda fuerza por su ignorancia y cobardía.
Finalmente, queda el dato de que solo tenemos dos mejillas, por aquello de las cuentas.
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