Oración y Evangelio 20250722

Porque no estamos luchando contra enemigos de carne y hueso, sino contra las potencias invisibles que dominan en este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales del mal habitantes de un mundo supraterreno.
EFESIOS 6:12 

EvDH:”Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció.
Jesús le preguntó: "Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?". 
Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: 
"Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo".
Jesús le dijo: "¡María!". Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: "¡Raboní!", es decir "¡Maestro!".
Jesús le dijo: 
"No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. 
Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes’”.
El pasaje es inagotable, siendo además todo en el contexto increíble de la Resurrección.
María Magdalena pertenece al privilegiado grupo de personas que lo vieron morir, de ahí su reacción al verlo vivo y completamente renovado, o sea Resucitado. 
Jesús en su aparecerse al lado de ella, insiste en ser uno más de nosotros, en recordarnos que con todo, era, es, y será uno de nosotros, tan humano como nosotros. (dejándonos ahora la promesa de La Resurrección con la suya). Y llega a ser hasta un poco inédito, que siendo Él, El Alfa y La Omega, El Creador de Universo, El Hijo Único de Dios, más toda la eterna lista que se le puede agregar a eso, María Magdalena lo confunda con el ¡cuidador del huerto del sepulcro! Es un dato menor, pero es maravilloso.
Jesús hace una pregunta que hasta hoy resuena por toda la tierra, Mujer, ¿por qué lloras? No hay lástima en la pregunta, Él que es Quien mejor sabe de nuestras lágrimas, es también la solución y el final de nuestro llanto, la pregunta permanece, igual que el consuelo que la invoca. Jesús también la llama por su nombre, y sin duda debió hacerlo en el tono que lo hizo durante todo el tiempo que se conocieron, ese sentimiento en el Cielo nos lo explicarán. 
Hoy la pregunta de María Magdalena es misión de vida para nosotros, pues no son pocos los que lo buscan y preguntan ¿dónde ha puesto a Dios?
Ella puede presumir haberlo visto antes que Él fuera con el Padre, se dice rápido, pero así fue.
Finalmente en las palabras que Jesús comparte con ella, por primera vez, ahora oficialmente, Jesús nos llama y nos da el título completo de Hermanos, de Hermanas, y deja en claro que Su Padre es ahora nuestro Padre y nuestro Dios. 
Pidamos al Espíritu Santo nos grabe con su Fuego este pasaje en nuestros corazones, y que meditándolo, escuchemos Su Voz que nos consuela y nos desafía a vivir sabiendo que Él Resucitó, y que La Muerte ya no tiene la última palabra, la tiene El Amor.

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