Oración y Evangelio 20250712

SEÑOR JESÚS

     Al comenzar este día, recuerdo tus palabras: 'Basta al discípulo ser como su maestro'. Ayúdame a caminar con confianza, no temer a críticas, incomprensiones. Dame la valentía de vivir mi fe con autenticidad, sin esconderla por miedo al qué dirán. Que mi vida sea un reflejo de tu amor.

     Tú me dices: 'No temas'. Elijo confiar en tu cuidado providente. Si hasta los pajarillos están en tus manos ¿cómo dudar de que tú velas por mí? Cuento cada uno de mis pasos, cada preocupación, cada alegría. Que hoy tenga el valor de reconocerte en lo pequeño: en una palabra de aliento, en un gesto de perdón, en la firmeza ante lo que no va contigo. Sé que al final, lo único que importa es ser fiel a tu amor.

AMÉN.

BUENOS DÍAS.

FELIZ Y BENDECIDO SÁBADO.

ORACIÓN 

Alaben al Señor, aclamen su nombre, proclamen entre los pueblos sus hazañas.

SALMOS 105:1 

EvDH:"No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. 

Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena.”

Queda a la vista que la economía de Jesús supera a la nuestra de forma Eterna.

Jesús habla de una realidad que va más allá de la muerte del cuerpo, de lo mortal que somos y sabemos que somos.

Queda implícito que el alma no muere, que Alguien más tiene control de ese nivel, y con toda autoridad decide qué procede hacer con ese tema. 

No son pocos los que creen que venimos de la nada, y que vamos hacia la nada, pero ese no es tema para El Señor.

Ciertamente somos mortales, y en nuestra agenda, algún día, la muerte tomará acción de alguna forma para darnos paso a la Eternidad.

Si ya nos queda grande e inalcanzable el pensar en una Eternidad junto a Dios, 

pensar en una sin Dios, una que va a un lugar de castigo eterno, nos supera por completo. 

Queda lo dicho, si tenemos que respetar a alguien, es al Supremo Juez, a Jesús, que nos alcanzó la Vida Eterna, 

y tiene el poder y la autoridad de hacer que nuestra alma, una vez pasado el juicio, sea arrojada al olvido total.

Pidamos confiadamente al Espíritu Santo llevar la Noticia de Jesús a todos los que podamos, 

con la alegría de que por Él, sus almas serán recibidas en El Amor y no arrojadas al olvido eterno.