Oración y Evangelio 20240731

A Dios que, desplegando su poder sobre nosotros, es capaz de realizar todas las cosas incomparablemente mejor de cuanto pensamos o pedimos, a él la gloria en Cristo y en la Iglesia, de edad en edad y por generaciones sin término. Amén.
EFESIOS 3:20-21

EvDH:”Jesús dijo a la multitud: 
"El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró."
En la normalidad de cada día, no es común que muchos incluyan el concepto de economía, o de inversión en cosas de economía en su pensamiento. Pareciera que eso es cosa para otras personas y otros niveles. Y si eso lo trasladamos al área espiritual tiene que ser el mismo Espíritu Santo el que nos lo explique.
San Pablo escribió: :”Por Él he sacrificado todas las cosas, a las que considero como desperdicio, con tal de ganar a Cristo”.
Ya de por sí para muchos, el hecho de que sigamos a Cristo, es, además de una decisión equivocada, una mala inversión.
Pero en la certeza que da la fe, el seguirlo, el amarlo, el creerle, es una Inversión a Plazo Eterno (IPE) con la que tenemos la certeza de redituar todo lo invertido (tiempo, vida, servicio, amor, etc)
No es menor la frase de: “Dios no se queda con nada”, pues en generosidad no se deja ganar. 
Pidamos al Espíritu Santo nos ayude a colocar nuestra mirada en el “ganar a Cristo” del que habla San Pablo. Y que nos dé la alegría de saber que lo que pareciera a muchos “pérdida” es total inversión en Su Reino, y la ganancia es Cristo, y Cristo es TODO Y MÁS.

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