Oración y Evangelio 20240722
Compórtense como lo hizo Cristo Jesús,
FILIPENSES 2:5
Jesús le dijo: "¡María!". Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: "¡Raboní!", es decir "¡Maestro!".
Jesús le dijo: "No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes'".
María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.”
Hacía nada de tiempo, María Magdalena, le había avisado a los Discípulos que no estaba el Cuerpo de Jesús, y que no sabía dónde lo habían puesto.
Ahora Su Anuncio cambia, pues les dice que ella “había visto al Señor”, y les comparte las palabras que Él le dijo.
La mensajera es la misma, el mensaje casi es el mismo, pero no:
Una cosa es la tumba vacía, y otra anunciar al Resucitado, (lo que explica la tumba vacía por cierto) y compartir sus Palabras y Fuerza.
Si como Iglesia no despertamos, si no tenemos ese encuentro personal con Jesús Vivo y Resucitado, estaremos anunciando eso, una mortaja, un sepulcro vacío, compartiendo nuestra incertidumbre de ¿en dónde está dios? (sí, con minúscula)
Si lo encontramos, lo anunciaremos a Él, y con Él Resucitado, todo lo demás.
Rescatamos dos cosas más del pasaje:
1. La primer palabra (según la Biblia) que sale de la boca de Jesús resucitado es la palabra MUJER.
2. Es, oficialmente, la primera vez que Jesús nos llama “Hermanos” (Hermanas), no en comparación, o en enseñanza, sino en Título de reconocimiento. Con su Resurrección nos había alcanzado el Poder ser llamados Hijos e Hijas de Dios.
Que El Espíritu Santo que levantó a Jesús nos llene de su Vida, que podamos ir a dónde Él nos lleve y podamos anunciar a todos a Jesús Resucitado.
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