Oración y Evangelio 20240705
Porque no es un espíritu de cobardía el que Dios nos otorgó, sino de fortaleza, amor y dominio de nosotros mismos.
2 TIMOTEO 1:7
EvDH:”Jesús, al pasar, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: "Sígueme". Él se levantó y lo siguió.”
Las reacciones posteriores a este encuentro y a esta acción de seguir a Jesús sin más que decir o regatear, no se dejaron esperar. (Sigue siendo regla de juego que encontrar a Jesús lleva a reacciones a favor o contrarias pero no a indiferencias)
Hasta hoy sigue habiendo agentes aduanales en la Iglesia, que toman la extraña misión de filtrar quién puede o no puede seguir al Señor.
Mateo era considerado un enemigo del pueblo, un traidor, ya son siglos de práctica en que los gobiernos tienen la costumbre de usar el fisco para, además de cobrar impuestos, también atosigar aquellos que no les son afines, y este era e caso.
Por lo tanto, en la posibilidad de conversiones no estaba ni considerado el nombre de Mateo, y cuando éste decide seguir a Jesús, a muchos no les cuadra el dato.
No es solo que le haya pasado a Mateo, no es solo que le haya pasado a los contemporáneos de su momento… Es pedirle al Espíritu Santo que nos cuide de que nos nos pase a nosotros, que nuestra reacción y llamado sea llevar La Misericordia de Dios a todos, y a alegrarnos por aquellas personas que deciden seguir a Jesús, que nuestra opinión o prejuicios no se interpongan en la fiesta que el Cielo sigue preparando por uno que se convierte.
Que El Espíritu Santo nos ayude a hacer nuestra esta frase de Jesús siempre:
“Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".
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