Oración y Evangelio 20240728
Por lo que a mi vida respecta, en nada la aprecio. Sólo aspiro a terminar mi carrera y a culminar la tarea que me encomendó Jesús, el Señor: proclamar la buena noticia de que Dios nos ha dispensado su favor.
HECHOS 20:24
Él decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer.
Felipe le respondió: "Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan".
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo:
"Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?".
Jesús le respondió: "Háganlos sentar".
La Biblia no describe la cara o la expresión del rostro de Felipe frente a la pregunta de Jesús. Ya para que Aquel que es el Único que puede solucionar el problema te pregunte: ¡¿qué hacemos?!, es cosa de preocuparse un poco más de la cuenta. ¿O no?
Se deja entrever también el sentido del humor de Jesús, pues Él, sabiendo bien lo que iba a hacer, no deja pasar la oportunidad de ver la reacción de Felipe, quien por cierto, era de los discípulos que solucionaban cosas, o de los más dispuestos a que Dios le dijera que hacer.
Andrés y Felipe son un dúo dinámico entre los discípulos, ambos buscan soluciones y es Andrés el que da con un chiquillo (cuya mamá era muy precavida) que trae los 5 panes y los 2 pescados.
Detrás del milagro de la multiplicación está la generosidad de este “niño” que no duda en dar su almuerzo a Jesús.
Hoy junto con el Espíritu Santo, pensando en alguna misión o meta que tengamos, conversemos con Dios que nos pregunta con un guiño, ¿qué hacemos? Y, también sonriendo mostrémosle nuestros panes y pescados. Él ya sabe que hacer. Que la generosidad sea siempre parte de nuestro servir a Jesús.
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