Oración y Evangelio 20240719

Mejor dos que uno, pues obtienen mayor recompensa en sus fatigas.
ECLESIASTÉS 4:9 


EvDH:"Ahora bien, yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo.
Si hubieran comprendido lo que significa: 
Yo quiero misericordia y no sacrificios, no condenarían a los inocentes.
Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado".
La advertencia de Jesús sobre la falta de Misericordia es total. 
Pues al Amor de Dios no hay quien lo sustituya, ni hay nada que exista aplicable en lugar de la Misericordia. 
Un síntoma inevitable cuando falta la Misericordia es el de juzgar, o peor aún, el condenar, pues ya no es solo una opinión, es un veredicto sin espacio a nada, excepto a condenar. Si ya eso es mucho, el detalle que agrega Jesús es alarmante, el de “condenar a los inocentes”.
No se trata de ser permisivos y que todo pase como si nada, la Misericordia no libra del Juicio. Se trata de dejar que la Misericordia esté por encima de todo, primero aplicada y conocida por cada uno de nosotros en forma personal. Eso nos permitirá quedar libres de condenar a quien sea, (que de por sí tenemos prohibido hacerlo, Mateo 7,1) en especial de no caer en la tentación y el peligro de condenar a inocentes, justo por no dejar espacio a la Misericordia en nuestras vidas.
Pidamos al Espíritu Santo nos envuelva en la Misericordia de Dios y que esta sea nuestro principal anuncio, que no nos permita infectar La Buena Nueva con ningún germen de juicio y/o condena. Que sepamos siempre que Jesús, el Dios de la Misericordia tiene la última palabra en todo.

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