Oración y Evangelio 20240311
Vayan por todo el mundo y proclamen a todos la buena noticia.
MARCOS 16:15
Mientras descendía, le salieron al encuentro sus servidores y le anunciaron que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora se había sentido mejor. "Ayer, a la una de la tarde, se le fue la fiebre", le respondieron.
El padre recordó que era la misma hora en que Jesús le había dicho: "Tu hijo vive". Y entonces creyó él y toda su familia.”
Se llega, en esto de la aventura espiritual de orar, al momento en que se agradece la respuesta del Cielo a nuestra oración, pero más allá, nos sorprende por completo que hayamos sido escuchados, que Dios haya oído nuestra muy pobre y humilde oración a pesar de nosotros y de no saber qué y cómo pedirle.
El pasaje además deja en claro que tratándose de Jesús, lo mejor es no complicar las cosas. (La petición es “Señor, baja”, la respuesta es “Vuelve a tu casa”(fuiste escuchado, fuiste oído, tu oración se recibe vuelve y compruébalo)
Se lee la oración del papá de este muchacho, y se lee la respuesta de Jesús.
No son pocas las veces (no es juicio, así somos) que nos gusta colocarle un poco más de parafernalia a la oración, más si se trata de enfermedades y dolencias. Pero lo cierto es aquí el padre pidió por su hijo, y Jesús le responde sin mayor trámite su oración.
Pedimos al Espíritu Santo que hoy, en la oración que intentemos hacer, nos deje en el corazón la certeza de haber sido escuchados. Queda entre Jesús y nosotros su respuesta final, pero que Su Paz nos cubra con la seguridad de que fuimos, somos y seremos siempre escuchados.
“No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús.” Filipenses 4,6-7
Comentarios
Publicar un comentario