Oración y Evangelio 20240118

EvDH:”Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara.

Porque, como curaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban sobre él para tocarlo.”

La petición de Jesús permanece hasta hoy: 

La de prepararle una barca. Un lugar desde donde Él pueda, sin que lo apretujen, hacer lo que sabe hacer. 

Comprobado es que si queremos complicar algo que no se debe complicar, es cosa de organizar un comité, una oficina que se encargue y agregue burocracia a la misión. 

Dice un refrán por ahí: “La turba, perturba”. Y es que además de crecer, se debe crecer en orden, previniendo, logrando que se haga lo más posible, de la manera más eficaz posible. Con logística astuta y celestial.

A nivel de la Iglesia, y de los que somos la Iglesia, nos toca pensar en un hospital de campaña, de batalla, de acción inmediata. Y no en un edificio frío y complicado donde, o por no tener economía o seguro, no te atienden. O en donde por ser una oficina más de gobierno, sin atención, ni presupuesto, puedes llegar a morir hasta en un ascensor sin mantenimiento. 

Estamos claros que esa barca es La Iglesia, nos toca saber que esa barca es para llegar a más personas, y no para crear un club social exclusivo.

Pidamos al Espíritu Santo el Don de organizarnos, de prevenir, y de responder frente a la necesidad de tantos que buscan a Dios con desesperación.