Oración y Evangelio 20241118
Felices los que trabajan en favor de la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.
MATEO 5:9
EvDH:”El ciego se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!".
Los que iban delante lo reprendían para que se callara,
pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!".
Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran.
Cuando lo tuvo a su lado, le preguntó:
"¿Qué quieres que haga por ti?". "Señor, que yo vea otra vez".
Y Jesús le dijo: "Recupera la vista, tu fe te ha salvado".
En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios.”
En el relato el ciego estaba sentado al borde del camino, y termina el pasaje diciendo que seguía a Jesús.
El tema es inagotable.
Hoy nos quedamos con la directa pregunta de Jesús al ciego. ¿QUÉ QUIERES QUE HAGA POR TI?
A esta altura de su vida, este hombre ciego tendría más que claro lo que quería, y ahora, con Jesús frente a él, responde de forma concisa y firme diciendo lo que quiere.
Una de las preguntas que en nuestra oración y meditación de cada día tenemos que hacernos, es esta, ¿qué quiero? No hay ninguna prisa en responderla, pero sí hay un proceso que iniciar para responderla. No hay respuestas correctas o incorrectas, lo que sí hay, es una maduración en nuestra búsqueda y en nuestra respuesta.
Hoy pidamos al Espíritu Santo que es Quien nos ayuda en aprender a orar, y a que nuestras oraciones lleguen hasta el Padre, que nos ayude a responder en nuestro interior a esta directa pregunta del Cielo.
Que nos ayude a saber y descubrir lo que queremos y lo podamos hacer oración.
Que se cumpla en nosotros el consejo de Santa Catalina de Siena: “Aprende a escucharte, para que le sea más fácil a Dios, poder hablarte.”
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