Oración y Evangelio 20241107
Ninguna condena, por tanto, pesa ya sobre los que pertenecen a Cristo Jesús,
ROMANOS 8:1
EvDH:”Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse”.
En el contexto del pasaje Jesús afirma que hasta los ángeles se alegran cuando esto pasa. Aquí la invitación es a compartir la alegría que el Cielo tiene y festeja cuando una persona se encuentra con él, cuando un alma se salva.
Toda la enseñanza inicia cuando los fariseos reclaman y señalan que Jesús “come y recibe a los pecadores.”
Nos toca pedirle al cielo que nos haga cómplices de esa alegría, que podamos llevarla compartirla, recibirla y ser parte de ella.
Que el gozo de la salvación no se apague en nuestras vidas, y que por el contrario, el ver a muchos más entregarse y convertirse al Amor alimente también nuestro propio gozo.
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