Oración y Evangelio 20240906


No trates duramente al anciano. Exhórtalo, más bien, como harías con un padre. Pórtate con los jóvenes como si fueran hermanos. A las ancianas trátalas como a madres, y a las jóvenes como a hermanas, con toda pureza.
1 TIMOTEO 5:1-2


EvDH:”Les hizo además esta comparación: 
"Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar uno viejo, 
porque se romperá el nuevo, y el pedazo sacado a este no quedará bien en el vestido viejo.
Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres; entonces el vino se derramará y los odres ya no servirán más.
¡A vino nuevo, odres nuevos!”
La novedad que trae Jesús en su Persona y en sus Palabras no es, ni por asomo, un remiendo que permita que el estatus quo de los creyentes no tenga cambios y que todo permanezca “como siempre ha sido”.  El que ya está satisfecho con el vino viejo, no va a querer probar otro, aunque se lo ofrezca el Único que saber hacer el mejor vino.
El tema es, más que un golpe de estado, una verdadera renovación integral de toda la persona, por un encuentro personal con Jesús, por un volver a nacer, y que eso se refleje en la comunidad.
Cuando el Espíritu Santo no lleva el control de la Vida en la Fe, las almas, sin darse cuenta envejecen. Sea por apegarse a intereses pasajeros, a tradiciones y rutinas que tienen la marca de no saber reaccionar y menos de soportar las paradojas de Jesús, que según lo que se lee eran un escándalo para muchos y una locura para los que se decían sabios. 
Se puede decir que Jesús es un alimento irritante para satisfechos, para los que ni siguen, ni dejan seguir a donde lleven los vientos de Dios.
El ejemplo más claro y más simple de todo esto son las palabras de San Juan Pablo II, cuando dice que es hora de una evangelización nueva:  Nueva en su Ardor, en su Expresión, y en sus Métodos. No habla de cambiar contenidos, ni esencias, habla de renovar lo que se vive y hacerlo contagioso con los demás. No habla de ceder, habla de alcanzar; no habla de fanatismos, habla de vivencias;  y no habla de esperar a nadie, habla de ir, de alcanzar, y para ello usar la creatividad del Espíritu en los métodos que sirvan a ese fin.
Hoy pedimos al Espíritu Santo que nos libre de buscar remiendos, y que nos permita ver toda la vestidura e investidura que el Cielo nos quiere dar y compartir. Que seamos odres nuevos para recibir y compartir El Vino nuevo que Dios nos quiere hacer probar.

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